Estamos viviendo unos días excepcionales, pero qué te voy a decir que no sepas ya ¿no?. Durante este periodo estoy procurando no pronunciarme mucho sobre la situación y cuando lo hago es citando las fuentes oficiales porque considero que ya hay información suficiente e incluso una sobre-des-información. Por ello, he decidido escribir solo un artículo específico sobre la situación que estamos pasando. Pero tanto este artículo como el resto de recursos que pretendo hacerte llegar no tienen como núcleo central el estado de alerta o el famoso virus, sino tú. Este está siendo mi objetivo desde que empezó todo, centrarme en las personas y no tanto en sobreinformar o mal informar.
Una vez te he explicado el objetivo de Cuida Tu Psique, te explico de qué va hoy el artículo.
Durante la evolución del estado de alerta (incluso antes) es posible que hayas ido experimentando variedad de emociones, algunas familiares y otras no tanto. Lo primero de todo:
recuerda que todas las emociones tienen una función, así que dales espacio y date tiempo para saber por qué surgen y qué te estás diciendo a través de ellas.
Una vez resaltado esto (que, si has venido a algún curso que imparto, estás en sesión conmigo o me lees regularmente ya te sonará) es importante que tengas en cuenta que con la situación novedosa que estás viviendo, la información que recibes y el estado de alerta general es vital hacer un afrontamiento psicológico adecuado. Por ello, he decidido aunar mi conocimiento con la información excelente que aporta el grupo de trabajo de Urgencias y Emergencias del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP de Madrid) para fomentar un afrontamiento más saludable de la situación emocional que vives.
SI NO ESTÁS AFECTADX POR LA ENFERMEDAD pero sientes emociones intensas, persistentes y desagradables como pueden ser: nerviosismo, tensión, estas en estado de alerta constante, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración, no puedes dejar de pensar en otra cosa, problemas para tener un sueño reparador etc. aquí tienes unas RECOMENDACIONES:
Identificar los pensamientos que te generan malestar.
Reconocer las emociones: puede ser útil escribirlas, hablar sobre ello con alguien… Todo lo que fomente su reconocimiento será bueno.
Aceptación de las emociones que experimentas: de nada sirve que te juzgues por sentirte así, las emociones no son ni buenas ni malas, son necesarias y básicas para podernos adaptar al medio. Por ello, despójate de los juicios y comienza a aceptarte y a mirarte como lo haces con aquellas personas que tanto quieres. Aceptar lo que uno siente es imprescindible para comenzar a avanzar.
Evita la sobreinformación.
Busca, cómo si fueses un/a científico/a, pruebas y fuentes reales y fiables de los datos que te preocupan o de la información que escuchas.
Contrasta la información en fuentes oficiales y contrastada por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales, OMS, etc..
Evita hablar permanentemente del tema, ponte un horario al día (máximo hora y media) para informarte y dedicarte completamente a ello y luego centra tu atención en otras cuestiones.
Ayuda a tu familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
Ten cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.
Si lo consideras oportuno pide ayuda a un/a profesional de la psicología.
SI NO ESTAS AFECTADX POR LA ENFERMEDAD Y TE SIENTES RELATIVAMENTE ESTABLE, ACTIVX Y SALUDABLE: Enhorabuena, continúa así. Que no se te olvide premiarte por tu gran adaptación a la nueva situación. Incluye novedades en tu rutina de vez en cuando y sigue cuidándote como lo haces.
SI PERTENECES A LA POBLACIÓN DE RIESGO SEGÚN INDICAN LAS AUTORIDADES SANITARIAS, EL COP DE MADRID RECOMIENDA:
Seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias, recuerda que ellos tienen los conocimientos.
Infórmate de forma realista y sigue las recomendaciones del apartado anterior.
No trivialices tu riesgo para intentar evadir la sensación de miedo o aprensión a la enfermedad.
Tampoco magnifiques el riesgo real que tienes. Se precavidx y prudente sin alarmarte.
Si te recomendaran medidas de aislamiento, ten presente que es un escenario que puede llevarle a sentir estrés, ansiedad, soledad, frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y desesperanza, cuyos efectos pueden durar o aparecer incluso posteriormente al confinamiento. Trata de mantenerte ocupadx y conectadx con tus seres queridos y contigo mismx.
Genera una rutina diaria y aprovecha para hacer aquellas cosas que te gustan pero que habitualmente por falta de tiempo no puedes realizar (leer libros, ver películas, etc.).
Si lo consideras oportuno pide ayuda a un/a profesional de la psicología.
SI ESTÁS PADECIENDO LA ENFERMEDAD:
Sigue las recomendaciones previas y, además, es vital que:
Manejes los pensamientos intrusivos.
No te alarmes innecesariamente.
Si lo consideras oportuno pide ayuda a un/a profesional de la psicología.
Si te encuentras ante cualquiera de las situaciones que he explicado antes o en cualquier otra y tienes dudas o necesitas ayuda, pregúntame sin compromiso. Soy consciente de que quedan muchas situaciones y emociones por explicar e incluso que de lo que ya he descrito falta entrar en detalle mucho más. Por ello, si lo necesitas, pregúntame, no te quedes con dudas.
Es vital que todxs como sociedad extraigamos un aprendizaje de todo esto. Por ello, quiero finalizar el artículo resaltando la importancia de que, sea cual sea la situación que estas viviendo, aprendas algo tanto de ello como de ti. Si aprendemos evolucionamos, si evitamos, posponemos o rechazamos solo retrocedemos o nos estancamos como sociedad. ¿Tú qué quieres hacer?