Depresión Reactiva. ¿En algún momento algún evento extremo o circunstancia te ha provocado mucha tristeza? Ciertas situaciones como divorcios, pérdidas de empleo, etc. pueden causar depresión reactiva. Descubre en qué consiste a continuación.
¿Qué es la Depresión Reactiva?
La depresión es una enfermedad que altera el estado de ánimo, originando una falta de energía, incapacidad de disfrutar u obtener placer y una pérdida de interés que afecta a la vida cotidiana. Esta enfermedad se manifiesta de diferentes maneras y niveles de gravedad.
La depresión reactiva es un trastorno que se desencadena como respuesta a un estrés emocional identificable. Dicho estrés consiste en un evento que supera a la persona que lo vive, como puede ser un factor de crecimiento, pérdida de empleo o divorcio. Como consecuencia, la persona que lo padece va a experimentar ansiedad y el estado de ánimo depresivo.
Hay que tener en cuenta las diferencias de cada individuo, de tal manera que un evento puede causar una depresión en una persona mientras que otra reaccione sin síntomas depresivos.
En el caso de que este trastorno persista durante un período prolongado de tiempo, puede llegar a ser una depresión grave que va a influir en el día a día de la persona que lo padece, por lo que tiene que ser tratado por un profesional lo antes posible.
Sin embargo, en la mayoría de las personas desaparece transcurrido un tiempo, lo cual permite el regreso a la normalidad.
Síntomas de la depresión reactiva
Los síntomas de la depresión reactiva son múltiples puesto que no hay dos casos iguales; la personalidad del sujeto influye en la sintomatología que este vive, lo cual deriva en un cuadro clínico complejo y heterogéneo. Además, en la mayoría de los casos, los síntomas experimentados no son exclusivos de la depresión, lo cual dificulta su detección.
No obstante, existen síntomas que se consideran propios de esta alteración psicológica:
Síntomas afectivos de la depresión reactiva
- Estado de tristeza permanente que provoca una desesperanza y desamparo constante.
- Falta de interés: ya no se experimenta placer con actividades que previamente resultaban gratificantes.
- Puede presentar síntomas de irritabilidad y ansiedad.
Síntomas Cognitivos de la depresión reactiva
- Pensamiento enlentecido; al igual que ocurre con los movimientos, el pensamiento también puede verse ralentizado. Esto provoca sentimientos de desesperación, problemas para concentrarse y para realizar actividades cotidianas.
- Manifiestan que les cuesta pensar y rendir con normalidad. En el caso de niños y adolescentes, se puede apreciar el descenso del rendimiento académico debido a la falta de concentración y de atención. En pacientes ancianos, puede llegar a confundirse con una demencia, en este caso es importante que se evalúe el deterioro de la memoria; si no hay una progresión, es el síntoma inequívoco de que es depresión.
- Evaluación de forma negativa: su pensamiento se ve sesgado impidiendo que éste sea claro y objetivo. Observan todo a través de unas gafas de pesimismo que perpetúan y / o agudizan dicha depresión.
- Como consecuencia, suelen tener una tendencia a recalcar en demasía los aspectos negativos que llevan a un pensamiento centrado en el fatalismo y en la desvalorización personal.
Es por todo ello que las personas con este tipo de depresión suelen presentar una autoestima baja y sentimientos de culpa.
Síntomas Sociales de la depresión reactiva
Así mismo, puede afectar a la vida social, laboral y personal del individuo que la padece, presentando:
- Baja energía de forma constante, lo que supone un gran freno para cualquiera de las áreas de su vida (social, laboral o personal).
- Es habitual que la esfera social del paciente se deteriore de forma paulatina, lo cual puede derivar en un aislamiento social total; generando en la persona ansiedad, sobreesfuerzo y sentimientos de fracaso.
Todo ello hace que la actividad y la productividad se vea reducida de forma considerable y opte por un estilo de vida pasivo e inactivo.
Factores de riesgo
Hay ciertos factores que pueden ayudar a que una persona padezca depresión reactiva, estos son:
– Sexo: Entre los 12 años y los 55 años, es más común en mujeres que en hombres, igualándose fuera de este intervalo de edad.
-Edad: se observó mayor nivel de síntomas depresivos entre los 18 y los 40 años.
-Genética: Las personas con un familiar de primer grado con depresión, tienen mayor probabilidad de padecer un cuadro depresivo.
–Acontecimientos vitales: Las experiencias objetivas que alteran las actividades que normalmente realizan de forma habitual el individuo a causa de un incremento del estrés. En función de las circunstancias del individuo y de la situación, puede desencadenar el cuadro depresivo reactivo. Pero la existencia de un evento vital no necesario es una causa suficiente para que se desencadene.
Otros muchos factores sociales predisponentes o de vulnerabilidad se encuentran en el entorno físico y social del individuo, como las condiciones difíciles de trabajo, desempleo, exclusión social, dificultades en la adaptación cultural, vivienda inadecuada, etc.
Causas de la Depresión Reactiva
Este tipo de depresión se asocia más a la forma de ser y la capacidad de adaptarse a las situaciones de la vida que tiene la persona.
Es por eso que se asocia con la depresión reactiva con rasgos de personalidad marcados por la ansiedad, obsesión, el perfeccionismo, la dependencia, la baja autoestima, la inestabilidad emocional o la culpabilidad.
Si una persona tiene estos rasgos, es posible que cuando viva un momento difícil o estresante en su vida, sus pensamientos se centren en los aspectos negativos. En caso de que los pensamientos sean muy intensos y se apoderen de la persona, pueden provocar una serie de sentimientos de tristeza, culpa o desesperación.
De esta manera, una mala adaptación a los estímulos y a las situaciones inesperadas pueden derivar en una depresión reactiva.
¿Cómo podemos ayudar a una persona con depresión reactiva?
De todos los tipos de depresión, la depresión reactiva es la que tiene mejor pronóstico.
En primer lugar, es muy importante que comience a recibir tratamiento a través de métodos científicamente válidos. Convencer no siempre resulta fácil, pero es absolutamente necesario para su mejoría. Por lo que es muy importante usar el tacto, la delicadeza y la perseverancia; son básicos para conseguir que acabe recibiendo ayuda de un profesional.
En segundo lugar, es necesario ayudar a que acepte la situación actual y que comprenda que la depresión no es parte de él/ella, si no que es una enfermedad tratable. Es difícil que la persona que sufre esta depresión acepte este hecho, sin embargo, es el principio de todo el proceso terapéutico pasa por esta situación.
En tercer lugar, hay que estar a su lado, esto ayuda a disminuir su sensación de desamparo y sufrimiento. Necesita en su entorno personas empáticas que no lo juzguen, por lo que es importante que, sencillamente, sepa que estas a su lado.
En cuarto lugar, no hay que pedir explicaciones al depresivo sobre lo que pasa o por qué ha caído en una depresión. Es importante respetarle y respetar los silencios que él crea necesarios.
En quinto lugar, es importante trasmitirle esperanza y positividad. No hay que olvidar que la depresión es tratable y que siguiendo las pautas de los profesionales se puede lograr mejoría.
Para acabar, no olvides que hay que cuidarse a uno mismo. Convivir con una persona con depresión es de todo menos fácil y hay que tener cuidado porque los estados anímicos son contagiosos. Por ello hay que saber protegerse y cuidarse.
Para lograrlo es importante el apoyo mutuo e intentar controlar las situaciones que generen estrés. Atender y ayudar a una persona con depresión no puede absorber todos tus recursos afectivos de manera que te olvides de tu autocuidado.
No olvides atender tus propias necesidades, sin eso difícilmente puedes apoyar y ayudar a la persona con depresión