El dolor, la soledad y las alteraciones que acompañan al duelo no tienen nada de “anormal” y esto es algo que quiero que tengas claro.
Tras una perdida sufres un desequilibrio en ti mismx y en tu vida, es natural que a nivel psicológico también notes ese desequilibrio (así como en la alimentación y en el sueño).
Pero es realmente importante analizar la intensidad de ese desequilibrio y de esos síntomas. En caso de que notes alguno de estos síntomas, te recomiendo que busques ayuda:
-Intensos y constantes sentimientos de culpa: provocados por cosas diferentes a las que hizo o dejó de hacer en el momento de la muerte de su ser querido.
-Pensamientos de suicidio: que van más allá del dedeo de “estar muerto” o de poder reunirse con su ser querido. Tienen más que ver con el deseo de finalizar con el dolor y no encontrar la forma.
-Desesperación extrema: la sensación de que por mucho que lo intentas nunca vas a poder recuperar una vida que valga la pena vivir.
-Sintomatología depresiva prolongada: sensación de estar “atrapadx” o “ralentizadx” manteniendo a lo largo de varios meses de duración.
-Ira incontrolada: que hace que tu entorno se distancie.
-Dificultades continuadas de funcionamiento que se ponen de manifiesto en su incapacidad para conservar su trabajo o realizar las tareas domésticas necesarias para la vida cotidiana.
-Abuso de sustancias: confiando demasiado en las drogas para desterrar el dolo de la pérdida.
Aunque cualquiera de estos síntomas puede ser una característica de un proceso normal de duelo, su presencia continuada debe ser causa de preocupación y merece la atención de una persona que vaya más allá de las figuras de apoyo informal que suelen estar presentes en tu vida.
