La experiencia de una pérdida es dura y difícil, pero no todas nos afectan interna y externamente de la misma manera. Incluso ante la misma pérdida dos personas pueden responder de una forma completamente diferente. ¿Qué influye?
Los factores externos que pueden determinar el impacto de la pérdida son:
Cómo sucede la pérdida.
Permite conocer y valorar el posible impacto emocional que va a tener sobre quien pierde algo significativo. Los tipos de pérdidas son:
- – Pérdida esperada
- – Pérdida repentina
- – Pérdida “contra natura”: son aquellas en las que la persona que fallece es joven o un/a niño/a, cuanto más joven menos natural vivimos esa pérdida y mayor sentido de injusticia.
- – Pérdida violenta
- – Pérdida natural
- – Pérdida incierta: pérdidas cuyo protagonista no es la muerte sino la incertidumbre o la duda. Es la más complicada de aceptar porque quienes la sufren tardan mucho en perder la esperanza de que la realidad sea diferente. Serían las pérdidas evolutivas (paso a la edad adulta, jubilación…), pérdidas a nivel social (perder un buen trabajo), pérdidas familiares (emancipación, separación…), pérdidas de nuestro propio cuerpo (amputaciones, envejecimiento …).
Qué relación existía con lo perdido.
- – Relación afectiva: relación positiva en la que recibíamos apoyo, seguridad, compañía y cariño. Es de las más complicadas para adaptarse a la nueva situación.
- – Relación de dependencia: Cuando nuestro bienestar dependía totalmente de la persona ausente. Nos sabremos ser autónomos y no sabremos saber vivir por y para nosotros. El dolor de la pérdida se une con la incertidumbre de cómo continuar viviendo.
- – Relación ambivalente: Las emociones desagradables igualaban o superaban a las agradables. En este caso no solo hay que adaptarse a la nueva situación sino que hay que liberarse de esas experiencias pasadas desagradables.
- – Otras experiencias y modelo familiar: Además del modelo familiar en el que te hayas criado, también influye si has vivido otras pérdidas previamente.
Apoyo social.
En las primeras semanas incluso el primer mes es muy probable que tengamos personas que se pongan a nuestra disposición sus hombros y oídos, pero, después de seis meses ¿con quién contamos realmente?. Contar con un apoyo íntimo, afectivo e incondicional de las personas de nuestro entorno que realmente valoramos, puede suponer un verdadero alivio para la persona que sufre, incluso un “salva vidas” para superar sin ahogarse la situación tan difícil que está viviendo.
Todo ello hace que a nivel externo te pueda influir de un modo u otro la experiencia de la pérdida.
¿Y a nivel interno?.
En este nivel tienes que tener claro que cada persona es única, ha nacido y se ha criado en un entorno concreto y vive y experimenta de una forma única su vida. Por ello, lo importante ante una pérdida es que a nivel interno te permitas escucharte, sentirte y comiences (cuando estés listx) a procesar y a aceptar la nueva situación a la que debes adaptarte.