Desconectar para evitar

Mantenerte desconectadx de aquello que te produce aversión, incomodidad, miedo o inseguridad, en un principio, tiene su función. Desde esta desconexión te preparas para cuando tengas las herramientas suficientes para poder afrontarlo.

El problema de la desconexión viene cuando se produce de manera sistemática y durante un largo periodo de tiempo. Puedes estar desconectadx de tus emociones, de tus valores, de tus objetivos/metas vitales, de tu familia, de tus amistades, de tu pareja, de ti mismx etc.

¿Cuándo evito?

Cuando no estás dispuestx a permanecer en contacto con tus vivencias internas, ya sean sensaciones corporales, emociones, pensamientos, recuerdos, etc. y suprimes momentáneamente ese malestar.

La evitación es una forma inflexible de actuar, con ella te pones límites y te alejas de ser una persona flexible.

Algunas formas de evitación:

 

  • – Distracción
  • – No acudir al lugar
  • – Conformidad 
  • – Trabajar en exceso
  • – Posponer
  • – No hablar con la/s persona/s
  • – Excesiva racionalización
  • – Consumir sustancias adictivas
  • – Control excesivo

 

¿Cuándo la distracción es evitación?

Cuando buscas la distracción como forma de no entrar en contacto con esas emociones desagradables.

Existen muchas formas de conseguirlo, en cada momento vital te pueden servir unas diferentes, o quizás uses siempre la/s misma/s. El problema es que cuanto más se quiere que esas sensaciones se vayan más van a aumentar. La bola que comenzó siendo diminuta, acaba siendo enorme.

El mantener la cabeza distraída y alejada de aquello que te genera malestar de manera sistemática y permanente te asegura el distanciamiento contigx mismx, el incremento de las emociones desagradables y que cada vez te conozcas menos.

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