Los seres humanos tenemos emociones primarias y emociones secundarias. Hoy vamos a centrarnos en estas últimas.
A veces, resulta difícil separar los sentimientos centrales ( o primarios) de los secundarios negativos relacionados con ellos. Pero es necesario que aprendas a diferenciar tus sentimientos, de modo que puedas identificar tus emociones centrales (primarias) y abordarlas si es necesario.
La emociones secundarias son aquellas que a menudo te resultan problemáticas y de las que te quieres deshacer. Seguramente, no quieres sentirte enfadado, deprimido, frustrado o desesperado. Estas emociones de malestar problemáticas, en ocasiones, no representan tu respuesta emocional central, es decir, enmascaran lo que realmente estás sintiendo ante ciertas situaciones.
La tristeza como emoción secundaria
Es necesario que aprendas a distinguir entre las lágrimas de tristeza y de dolor centrales, y las lágrimas de tristeza que son una respuesta a un enfado o frustración.
Con la tristeza hay que tener mucho cuidado y prestar especial atención a esta emoción ya que en muchas ocasiones la depresión persistente es el resultado de negar tus sentimientos centrales de tristeza. Lo cual suele derivar en una desesperanza generalizada hacia todo y todxs, en lugar de abrir un camino a la aceptación genuina de la tristeza. Puede que te resignes cuando sientes tristeza o que te reproches cuando la sientes, de tal manera que comienzas a generan una auto-crítica cada vez mayor y peor; volviéndose así más difícil aún identificar y expresar los sentimientos reales que estás enmascarando tras un enfado u otra forma de respuesta.
Por eso, cuando te sientas triste pregúntate ¿ la tristeza es el sentimiento más básico o la estoy usando para enmascarar otro sentimiento como enfado o resentimiento? ¿qué tipo de tristeza estoy sintiendo?. Durante este proceso de autocuestionamiento recuerda que cuando te niegas a aceptar y rechazas lo que realmente sientes es más difícil avanzar. Juzgar tus propias necesidades como “malas” hace que te sientas culpable y te pongas frenos en tu avance.
Así que recuerda, aceptar lo que sientes es aceptar quién eres, ¿estas dispuestx a hacerlo?