Mi método

Cada profesional de la psicología se rige por una corriente predominantemente, en mi caso son las terapias psicológicas de tercera generación, basándome en la corriente humanista. La cual acepta que existen diferentes circunstancias que pueden afectar a la salud mental: pensamientos, emociones, comportamientos sociales, etc. Se centra en trabajar tanto con el ser humano como con su contexto de la forma más natural posible.
  • – Quizás mejor sin negarlo: “Se centra en trabajar tanto con el ser humano como con su contexto de la forma más natural posible.”

¿Cómo trabaja un psicólogo humanista?

Se centra en el individuo y no trata de estigmatizarlo dentro de una patología, simplemente busca ayudarle en su proceso individual, evaluando las diferentes circunstancias que le rodean y que le han provocado el problema, malestar, dolor etc. Además, en la relación profesional-paciente se busca ayudar al usuario a través de una relación fluida, segura y saludable.

Tú a tú.

NO SOY MAS QUE MI PACIENTE.

Sólo dispongo de herramientas para ayudarle en su proceso.

¿Cómo trabajo?

Una vez que me siento delante de el/la paciente lo importante es detectar sus necesidades, trabajando como un equipo de expertos (el/la paciente como expertx de sus emociones y de su vida y yo como experta en psicología). Para posteriormente, buscar una forma saludable de cubrirlas en base a lo que mejor le puede venir a él/ella.

“Conozca todas las teorías.

Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”

Carl Gustav Jung

Las terapias de tercera generación.

Estas terapias son las más modernas y validadas científicamente. Buscan lograr la aceptación, tener una relación distinta con el síntoma, las emociones y pensamientos desagradables o distorsionados; aceptándolos, y siendo conscientes de ellos y de su contexto.
Desde una actitud de aceptación se fomenta un compromiso constante con los valores y objetivos de el/la paciente para, posteriormente, buscar una construcción de repertorios amplios, flexibles y efectivos.
Con una metodología realista, científica y adaptada a el/la paciente, se fomenta el aprendizaje de herramientas que dotan de capacidad de adaptación y de introspección para, así, afrontar situaciones complejas y a la vez potenciar su propio bienestar.

¿Qué técnicas uso?

Algunos pacientes cuando llegan a consulta les pasa esto:

“Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo”

Abraham Maslow.

Por eso, mi forma de trabajar es buscar las herramientas que mejor puedan encajar con la demanda de el/la paciente.  

Algunas de ellas son:

  • – Mindfulness, es decir, tener atención y conciencia plena al momento presente.
  • –  Herramientas que fomentan la aceptación y el compromiso.
  • – Actividades que permiten no perder de vista los valores que el/la paciente tiene en
    su vida.
  • – La importancia de la relación terapéutica.
  • – Psicología positiva
  •  – Herramientas derivadas de la terapia focalizada en las emociones.
  • – Dibujo.
  • – Música.
  • – Técnicas de la terapia cognitivo conductual.

Emplearemos aquellas técnicas que mejor se adapten a las necesidades de el/la paciente y buscando un crecimiento saludable. Esta forma de intervenir, resulta realmente enriquecedora para trabajar el bienestar, ya que permite atender de una manera rigurosa, focalizada y basada en los deseos y prioridades de el/la paciente; sin buscar el control o eliminación de aquello que genera malestar. 

Buscando así, asumir el sufrimiento y la felicidad como parte de la vida, ante las cuales hay que aprender a actuar y a afrontar con las herramientas más saludables.

El bienestar


Siguiendo el Modelo de bienestar psicológico de Ryff (1989), en consulta me preocupo y ocupo de manera rigurosa por potenciar el bienestar de la persona que viene a terapia. A través de una mirada multidimensional, según la teoría de Ryff (rigurosa, replicada y abalada por cantidad de científicxs), busco que, en equipo paciente-profesional, avancemos hacia un bienestar óptimo, trabajando aquellas dimensiones del bienestar en las que sea más necesario:

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