Emplearemos aquellas técnicas que mejor se adapten a las necesidades de el/la paciente y buscando un crecimiento saludable. Esta forma de intervenir, resulta realmente enriquecedora para trabajar el bienestar, ya que permite atender de una manera rigurosa, focalizada y basada en los deseos y prioridades de el/la paciente; sin buscar el control o eliminación de aquello que genera malestar.
Buscando así, asumir el sufrimiento y la felicidad como parte de la vida, ante las cuales hay que aprender a actuar y a afrontar con las herramientas más saludables.