Falta de aire, temblor, sudoración, dificultad para respirar… existen tantos síntomas como personas. Por tanto, lo importante aquí no es si tienes o no ansiedad, sino qué sientes y cuánta intensidad notas.
Para mí, el término de ansiedad, no tiene ningún significado, lo que realmente es valioso es saber qué sientes, en qué cantidad y cuándo. A raíz de estos síntomas, podemos empezar a trabajar. ¿Comenzamos?